domingo, 19 de mayo de 2013
ANÁLISIS DEL DISCURSO RADIOFONICO
Desde el mismo surgimiento de la radio, se ha visto como las energías productivas aplicadas en el campo tecnológico han sido superiores a las invertidas en su dimensión artística. Medios de mayor connotación como la televisión e internet han acaparado el espectro de interés comunicacional, por lo que la radio ha quedado desprovista de una sustentación teórica que la valida en estos tiempos donde conceptualizar una estética radial renovada.
Uno de los recursos expresivos de la radio es la motivación por lógica se requiere de la creación de símbolos que representen la arquitectura de un discurso radiofónico imaginativo y a su vez de gran sensibilidad humana.
La época de los estereotipos ha sido superada de manera amplia por la inteligencia creada del ser humano, y la radio, necesariamente, como medio de transmisión de valores esta llamada a levantar el estandarte de la producción de obras de arte, productos radiofónicos que resulten del ensamble armonioso de sus componentes discursivos. También la radio despliega la actividad central del arte que consiste en expresar emociones.
La radio tiene un peso muy grande, los programas en vivo, y al criterio de los autores a muchos les falta un ensamble armonioso en su discurso radiofónico, muchos consideran que la naturalidad le da vida, sobre todo por el crecimiento entre conductor y oyente. El empaque del producto radiofónico no guarda equilibrio con los componentes del lenguaje radiofónico y los tiempos son desproporcionados. En pocos casos el atropello de ideas-o de palabras, para decirlo con mayor precisión- interfiere con el mensaje con el que se quiere expresar.
Los textos sonoros deben concebirse como una mezcla de materiales aglutinados con la especificidad de lo estético, no es conveniente centrar toda la atención en el contenido y minimizar la forma, como si ella fuera algo secundario. El arte consiste en dar forma y solo esta convierte un producto en obra de arte, las experiencias artísticas no se generan de la nada sino que presuponen una experiencia psíquica o censo-emocional y son producidas en un nivel intermedio de la experiencia entre lo psíquico y lo intelectual que llamamos conciencia. Para algunos filósofos, la especificidad de lo estético viene definida por dos criterios: la expresividad que es la utilización de materiales de un medio de manera vivaz y triste. La plenitud consiste en el uso total de las potencialidades.
El arte comienza a configurarse cuando una obra se plantea, el definitivo propósito de expresar emociones, la clave para comprender la función del arte radiofónico consiste precisamente en desarrollar las emociones que el oyente se sienta identificado con personajes, conductores.
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